Debe ser una hermosa
y esplendida imagen para aquellos que han logrado apreciarlas en vivo y a todo
color, seguramente provoca una sensación inexplicable. Una Aurora Polar es un
fenómeno en forma de brillo o luminiscencia que aparece en el cielo nocturno,
actualmente en zonas polares, pero aun así puede aparecer en otras partes del
mundo por cortos períodos. Existen dos tipos, en el hemisferio norte se conocen
como aurora boreal y en el hemisferio
sur como aurora austral.
Su nombre proviene de
Aurora, la diosa romana del amanecer.
La aurora boreal es
visible de septiembre a marzo, aunque en ciertas ocasiones hace su aparición durante
el transcurso de otros meses, siempre y cuando la temperatura atmosférica sea
lo suficientemente baja.
En cuanto a sus formas, estructuras y
colores, son muy diversos, además cambian rápidamente con el tiempo. Durante
una noche, la aurora puede comenzar como un arco aislado muy alargado que se va
extendiendo en el horizonte, generalmente en dirección este-oeste. Cerca de la
medianoche el arco puede comenzar a incrementar su brillo. Comienzan a formarse
ondas o rizos a lo largo del arco y también estructuras verticales que se
parecen a rayos de luz muy alargados y delgados. De repente la totalidad del
cielo puede llenarse de bandas, espirales, y rayos de luz que tiemblan y se mueven
rápidamente de horizonte a horizonte. La actividad puede durar desde unos pocos
minutos hasta horas. Cuando se aproxima el alba todo el proceso parece calmarse
y tan sólo algunas pequeñas zonas del cielo aparecen brillantes hasta que llega
la mañana. Aunque lo descrito es una noche típica de auroras, nos podemos
encontrar múltiples variaciones sobre el mismo tema.
Los
colores que vemos en las auroras dependen de la especie atómica o molecular que
las partículas del viento solar excitan y del nivel de energía que esos átomos
o moléculas alcanzan.
El
oxígeno es responsable de los dos colores primarios de las auroras, el
verde/amarillo de una transición de energía a 557,7 nm. mientras que el color más rojo lo
produce una transición menos frecuente a 630.0 nm. Para hacernos una idea,
nuestro ojo puede apreciar colores desde el violeta, que en el espectro tendría
una longitud de onda de unos 390,0 nm hasta el rojo, a unos 750,0 nm.
El
nitrógeno, al que una colisión le puede arrancar alguno de sus electrones más
externos, produce luz azulada, mientras que las moléculas de Helio son muy a
menudo responsables de la coloración rojo/púrpura de los bordes más bajos de
las auroras y de las partes más externas curvadas.
No solo podemos observar este increíble fenómeno en el planeta Tierra, también se a logrado observar en otros planetas a través de los satélites.
Apenas el Sábado 31 de Agosto del 2013 se observo una aurora boreal en la Pendiente Norte de Alaska, fue una vista magnifica y maravillosa. A continuación les presentare imágenes del fotógrafo de Nueva York, Steven Kazlowski.
Por: Elena G. Amador B.
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